LA CRISIS DE LA SALUD CONTINÚA
El Dr. Miguel Darío Valencia García, médico Auditor de la E.S.E. Hospital San Vicente de Paúl del municipio de Santa Rosa de Cabal, le cuenta a la Asociación de Hospitales del Risaralda AHR como se está viviendo la crisis de la salud en dicha entidad, haciendo un paralelo entre la situación actual del sector y lo que padece una persona enferma para ser atendida.
Enfermar podría ser la peor calamidad de quien viva o este de paso por Colombia, es el inicio de un calvario de ominosos trámites, que sobre todo cuando tenemos a un ser querido enfermo resultan intolerables en medio de la incertidumbre que por sí sola la situación produce.
En este artículo trataremos de explicarle algunas situaciones que suceden en la salud, que lamentablemente a la mayoría de colombianos solo les preocupa cuando se encuentran inmersos en una telaraña de difíciles e interminables trámites para acceder a medicamentos, especialistas o cirugías.
Si comparamos la situación de la salud en Colombia con una enfermedad no habría mejor ejemplo que un infarto agudo de miocardio, el corazón es el encargado de bombear la sangre para que lleve a todas las células del cuerpo el oxígeno y los nutrientes que necesitan, pero para que ese órgano cumpla con esa función se requiere que todas sus partes funcionen armónicamente, de la misma manera el sistema de salud requiere que todos sus actores, Ministerio, EPS, hospitales, clínicas y entidades encargadas de la vigilancia, funcionen coordinadamente para que los usuarios finales reciban oportuna y eficientemente lo que necesitan para evitar males prevenibles, recuperarse si está enfermo o rehabilitarse si ya la patología le dejó secuelas.
Cuando llegamos al hospital enfermos, se requiere de un despliegue técnico y administrativo que garantice la atención, en primer lugar una construcción que cumpla con todas las normas para que la podamos llamar hospital, esperamos un lugar agradable, amplio y ojala si se puede, bonito, que cuente además con camillas, sillas de ruedas, camas, ambulancia, tensiómetros, aspiradores, monitores, desfibriladores, medicamentos, en fin, cualquier cantidad de elementos que se pudieran requerir, por si se necesitan, pero nada de esto funciona si no se cuenta con el recurso humano preparado, médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, odontólogos, bacteriólogos y personal de apoyo, sin ellos simplemente no se puede hacer nada por el paciente. Ahora bien, nada de esta larga lista puede estar allí sin los recursos financieros que garanticen la compra de todo lo necesario y el pago de los profesionales que los atienden.
¿Cuál es el problema de los hospitales?
Lo primero que tenemos que decir es que día tras día la cartera de los hospitales aumenta de forma alarmante, esto debido a la crisis financiera de las EPS que finalmente se la trasladan a quién bien les ha servido, los hospitales que con amor y esmero atienden a los usuarios.
Lo segundo es que la cuantía de la cartera morosa de las EPS nos está apretando, casi que nos está dejando sin aire, para la muestra un botón:
CARTERA HOSPITAL SANTA ROSA DE CABAL MAYOR A 90 DÍAS
ENTIDAD CARTERA
CAPRECOM EPS S $ 855.091.420
ASMETSALUD EPS S $ 836.683.193
CAFESALUD EPS S $ 765.858.939
SALUDCOOP EPS – CONTRIBUTIVO $294.394.534
LA NUEVA EPS – CONTRIBUTIVO $262.718.941
TOTAL $3.014.747.027
Primeros cinco deudores. Corte: 31 de julio de 2015.
Lo tercero es que si bien estamos luchando día a día por continuar prestando excelentes servicios, las limitaciones de flujo de recursos económicos, por el no pago oportuno de las EPS, terminaría menoscabando la calidad de la atención en salud.
Cuarto: La depreciación del peso colombiano en más del 30% ha aumentado inevitablemente el precio de los medicamentos e insumos que se importan y se pagan en dólares, como consecuencia se aumenta el costo de la atención en salud.
Se requiere el compromiso del gobierno nacional en solucionar prontamente la situación de flujo de recursos de la salud y tratar este infarto de los hospitales que nos tiene en cuidados intensivos, de persistir las múltiples talanqueras para el pago de las actividades, las instituciones terminarán cerrando parcialmente servicios que son indispensables para garantizar la salud de la población.