EPS se quedan hasta con la tercera parte de lo que facturan hospitales de Risaralda
- Tres ESE en riesgo fiscal y financiero bajo. El Hospital de Balboa con el mayor peligro
Los niveles de recaudo de todos los hospitales públicos del país vienen disminuyendo progresivamente, y Risaralda no es la excepción.
Un reciente análisis efectuado por la Asociación de Hospitales de Risaralda –AHR- que reúne a las 16 empresas sociales del estado del departamento, encontró que casi el 30% de lo que facturan estos prestadores no lo pagan las EPS, especialmente en los hospitales más grandes.
“Nuestras cifras confirman que al Hospital San Jorge de Pereira, le pagan apenas el 73,02% de las cuentas que factura, lo que indica que el resto de esos recursos se dilatan con la más conocida de todas las estrategias que es la glosa (revisión legal, numérica y contable de las cuentas)”, sostuvo la directora ejecutiva de la Asociación de Hospitales de Risaralda, Olga Lucía Zuluaga R.
El reporte de la AHR confirma que los otros hospitales públicos de segundo nivel que son, el Santa Mónica de Dosquebradas; San Pedro y San Pablo de La Virginia, y el Hospital Mental reciben el 78,54% de lo que facturan a las empresas promotoras de salud.
Los otros 12 hospitales estatales que son de primer nivel recaudan solamente el 84% por ciento, a pesar que la normas legales definen un pago de 100% anticipado para los contratos bajo la modalidad de capitación.
“Las amenazas cada vez son más latentes producto de la iliquidez y de las obligaciones que deben cumplir las ESE como si estuvieran recibiendo los recursos en un flujo normal. Se nos ha dicho que el plazo de 10 años para que las EPS paguen, corresponde sólo para cartera no corriente, no obstante, las cifras demuestran claramente que las EPS no están pagando tampoco el giro corriente, desfinanciando a los prestadores y generando unos porcentajes de recaudo muy bajos”, aclaró la vocera gremial.
Esa desfinanciación ha ocasionado que el hospital Cristo Rey de Balboa esté en un nivel alto de riesgo fiscal y financiero, lo que lo pone en serias dificultades presupuestales, que progresivamente pueden llevar en últimas a afectar a los usuarios. Cuatro hospitales más (San Vicente de Paul de Apia; San José de la Celia; San Vicente de Paul de Santuario) están en riesgo bajo, es decir que están comenzando a tener graves problemas de flujo de recursos, lo que obliga progresivamente a recortar servicios a la comunidad.