Estilos de vida: la diferencia entre vivir o morir, sin darse cuenta

El 90% de los infartos –tal vez el accidente cardiovascular más conocido- se asocia a factores de riesgo clásicos fácilmente modificables y prevenibles, como son la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes y la obesidad. Los factores de riesgo más preocupantes son la diabetes y la obesidad, razones estrechamente relacionadas con la mala nutrición, toda vez la sociedad ha pasado de un modelo de alimentación basado en los productos naturales a la comida rápida y los productos precocinados.

Y junto a estos problemas de salud, el tabaco, es uno de los factores de riesgo cardiovascular que más preocupan a los médicos.

Además, hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces, el riesgo cardiovascular de una persona no se debe a un solo factor, sino a varios. Se puede afirmar que el riesgo cardiovascular no es el resultado de una suma de factores, sino que éstos multiplican el riesgo de manera exponencial. De hecho, cada vez son más los casos de pacientes que presentan el perfil clínico llamado “síndrome metabólico”, que es la existencia en un mismo individuo de varios factores de riesgo junto a la obesidad abdominal.

Así mismo, de los factores de riesgo cardiovascular ya conocidos, el estilo de vida actual está muy relacionado con la aparición de nuevos factores como la apnea del sueño, el estrés o el consumo de drogas.

En casi todos los casos, son enfermedades silenciosas, es decir que no se manifiestan hasta que el problema es un hecho.

Cuatro claves para combatir el riesgo cardiovascular

Las autoridades de salud en Risaralda, apoyados por la AHR, recomiendan:

1. Seguir una dieta sana y cardiosaludable para prevenir el sobrepeso, la obesidad y, en particular, la obesidad abdominal. Para combatir la obesidad en general, hay que mantener el índice de masa corporal (IMC), por debajo de 24,9.
2. Practicar ejercicio físico de intensidad moderada regularmente. Una buena opción es pasear a buen ritmo entre 30 y 60 minutos diarios, al menos cinco días por semana.
3. No fumar.
4. Acudir al médico cada cierto tiempo para conocer los factores de riesgo de cada uno. Así, con la medida de la presión arterial y un análisis de sangre se puede saber si la presión arterial, los lípidos y la glucosa (azúcar) en sangre se encuentran dentro de los parámetros de la normalidad.